Aquí podes recorrer los mejores momentos de Valoarte 2016.
Abdul Vas. Venezuela/Surinam
Adán Vallecillo. Honduras
Adrián Arguedas. Costa Rica
Adrián Gómez. Costa Rica
Agustín Fallas. Costa Rica
Alejandro Vidal. España
Alejandro Villalobos. Costa Rica
Alexey Anaskin. Costa Rica
Allegra Pacheco. Costa Rica
Álvaro Gómez. Costa Rica
Andres Compagnucci. Argentina
Andriy Halashyn. Ucrania
Angel Poyón. Guatemala
Angélica Sánchez. Guatemala
Anna Mateucci. Costa Rica
Ariana Farah. Costa Rica
Ariela Kader. Costa Rica
Aurelio Álvares. Costa Rica
y otros…
El proyecto VALOARTE es una expo-venta anual que surge con el compromiso de brindar atención integral a niñas y adolescentes en riesgo social del HOGAR SIEMBRA. En la actualidad su modelo es único en su tipo en Centroamérica, aunque refiere a algunos eventos artísticos históricos cuyos fines se le semejan y también es la experiencia más grande en términos de exhibición, dando albergue a más de 200 obras de artistas de América Latina, España, EEUU y otras procedencias.
VALOARTE cada año se propone ser la oferta de artes visuales más grande para el coleccionismo local y así mismo la ventana más compleja y democrática para las instituciones y personas interesadas en el arte.
Desde sus inicios, sin perder la perspectiva de la finalidad del evento, VALOARTE ha intentado incluir en su proceso de selección de artistas y en su estructura de concurso, numerosas voces autorizadas del arte local, regional e internacional, a fin de garantizar a todo el público de la exposición la más óptima calidad en artistas, obras, museografía, catalogación y los propios servicios de la exposición tales como visitas guiadas, asesorías de colección, etc..
Tanto galerías, proyectos artísticos independientes, instituciones locales, así como el Ministerio de Cultura han brindado su apoyo a este proceso que cada día se complejiza más en sus intencionalidades.
De igual modo una red de artistas, críticos, productores artísticos y curadores internacionales han logrado expandir la idea y el propósito de VALOARTE y de este modo hacerlo un evento legitimante para la región.
por CLARA ASTIASARÁN clara.astiasaran@gmail.com
E n Costa Rica –como en tantos otros países y economías locales–, los espacios para el arte y la crítica cultural se encuentran hoy en proceso de depreciación. A las constantes objeciones ante el menoscabo de los ejercicios de la curaduría y la crítica, se suman la falta de políticas institucionales de las instancias rectoras y el desinterés de la empresa privada, que no ve, en el territorio del arte, un aliciente desde el punto de vista impositivo.
Uno de los casos más visionarios y visibles ha sido el de la Fundación Ars TEOR/éTica, cuya estrategia se ha dirigido a la puesta en valor de las prácticas artísticas regionales en relación con los itinerarios internacionales. Lejos de las innecesarias comparaciones, Valoarte es el otro modelo de gestión que ha desarrollado una plataforma cultural y comercial significativa. Se impone ahora una reflexión sobre Valoarte pues su reciente edición celebra una década de existencia. Calidad y número. Quienes conocen la tenacidad de la artista y gestora cultural Karen Clachar no se extrañan del hecho de que hace diez años iniciara un “atrevimiento” artístico y comercial. Lo llamó “Valoarte” por la obvia conjunción de “valor” y “arte”, y tuvo sus primeras puestas en escena como subasta de carácter benéfico, modelo que ya contaba con antecedentes en Costa Rica y que estaba bastante extendido en Latinoamérica. Esta iniciativa no surge del arte hacia el bien social, sino al contrario. El proyecto de Hogar Siembra –soporte de niñas y adolescentes mujeres en riesgo social– pedía recursos que una artista no podría encontrar lejos de su práctica. Desde entonces, arte, mercado y obra social han sido sus derroteros. Tras un preliminar formato de subasta, poco exitoso en el contexto nacional, Valoarte constató que las respuestas estaban en el mercado, y evolucionó al modelo que sigue hoy. Esta vuelta de tuerca fue definitiva: Valoarte se definió a sí mismo como “expo-venta” y plan de gestión de fondos, únicos en su tipo en el país. La capacidad que Valoarte ha desarrollado para involucrar el aporte de la empresa privada (banca, constructoras, publicitarias, hotelería, entre otras) le ha permitido establecer reglas y navegar con autonomía, incluso en los embates de las peores crisis económicas. Con su “experimento” instalado, se imponía crecer: en calidad y en número porque los ceros a la derecha son los que cuentan. El proyecto complementó su formato de “artista invitado” –valiosas figuras nacionales y extranjeras– con la inclusión del “artista por concurso” o formato “cazatalentos”. Valoarte consolidó así su gran plataforma cultural y no exclusivamente local. Resultó foco de interés de artistas de todas las latitudes en busca de un nicho de exportación y representación de su trabajo. Proyectos. Cada año, a la convocatoria de Valoarte han acudido cientos de artistas ante la posibilidad de dialogar con curadores o agentes del circuito artístico internacional que han colaborado con el encuentro. Entre las figuras de renombre internacional que han prestado su inteligencia y su servicio a Valoarte están el publisherHernán Carrara, la crítica Janet Batet y los curadores Rebeca Noriega, Emiliano Valdés, Elvis Fuentes, Rosina Cazali y Octavio Zaya. Desde el patio lo han respaldado Joaquín R. del Paso, José Pablo Solís, Esteban Calvo, Ileana Alvarado y Gabriela Sáenz Shelby. El concurso generó beneficios inmediatos para el medio artístico, y el roce con expertos internacionales permitió a Valoarte profesionalizarse y exportarse como una de las mayores vitrinas culturales de su tipo en el continente. Su formato está invicto hoy en el panorama cultural latinoamericano. Sin embargo, este efecto de democratización que generó la mezcla intergeneracional y curricular de artistas, devino uno de sus talones de Aquiles. Una de las críticas más insistentes que ha recibido el proyecto a lo largo de estos años ha sido su museografía, ya sea por la premura en los tiempos de montaje o por las características de los espacios expositivos. La puesta en escena, si bien grandilocuente o variopinta, no ha sabido sostener nichos de lectura, síntomas culturales o características iconográficas. Ante esa preocupación, que también sienten sus organizadores, Valoarte ha desarrollado –desde hace cuatro ediciones y colateralmente a su gran evento– projects o espacios curados que le permiten concretar exhibiciones más sofisticadas desde la perspectiva de la construcción expositiva. El prestigio de su gestión le ha valido para sumar museos, galerías, curadores y artistas. Actualmente, el Museo de Arte Costarricense exhibe la muestra 10 Artistas costarricenses, curada por José Pablo Solís y Esteban Calvo, que potencia el diálogo de artistas mujeres disímiles pero revolucionarias en su época y práctica artística, como Margarita Bertheau y Priscilla Monge, Emilia Prieto y Sila Chanto, Lola Fernández y Karla Solano, etcétera. Ha lugar. El “lugar” del arte se puede entender en una doble acepción: lo físico y/o temporal que implica la localización, y “el ha tenido lugar”, de la presencia. Los lugares de arte “alternativos” (a la escena oficial estatal) son lugares y no-lugares. Valoarte se ha presentado en la Galería Nacional y en la Aduana, y se ofrece hoy en un espacio en construcción en Avenida Escazú. En ese último espacio, Valoarte exhibe su habitual cartera de artistas, renovada con prestigiosos nombres de la escena internacional: Tania Bruguera, Kcho, Milagros de la Torre, Tomás Sánchez, Abdul Vas, Carolina Caycedo, Raquel Paiewonsky y otros más. A pesar de las objeciones que pertinentemente ha recibido, a Valoarte también se le reconocen los aportes generados en el tejido cultural. Alejado de las estructuras culturales segregadoras, que incluyen/excluyen a grupos y personas, devino la figura de “salón de arte” instaurada por la modernidad y expulsada (sin paliativo ni sustituciones) del territorio estatal del arte local. Valoarte ha propiciado la crítica cultural e incentivado todo tipo de práctica artística contemporánea. Los artistas que convoca no necesariamente se encuentran insertos en los circuitos del arte nacional o regional, así que ha sido un foco crítico en la re-composición de la escena artística del área; además, ha sido un referente-guía útil para crear otras formas de producción de arte o estrategias plásticas. Valoarte se tomará un descanso que lo devolverá hecho encuentro bienal en el 2014. Puede hacerlo y lo merece. Es importante repensarse como proyecto ante los designios de una nueva década. Ya su nombre es elemento “aglutinador” de los emplazamientos, personas y estrategias generadoras de arte. Valoarte es un “no-lugar” familiar, imprescindible en la construcción de nuestro imaginario visual. http://www.nacion.com/2012-11-11/Ancora/Una-puesta-en-valor.aspx
GAM Cultural junto a la Alianza Francesa te invitan a apropiarse de la ciudad por medio de la oferta cultural de la Noche en Blanco de este 23 de Noviembre.
Una noche 4 actos
1. Cine Magaly. (4:00 pm a 11:00 pm)
32 cortos europeos en 4 tandas. *Entrada gratuita
3. Enamórate de tu ciudad (6;00 pm a 11:00 pm)
En los parques Morazán, Jardin de Paz y España.
4. Moda + Música (11:00 pm a 02:00 am)
En el Steinvorth
Más información y reservas en:
http://
Art City Tour es un programa de Rentabilidad Social gestionado y producido desde la sociedad civil por GAM Cultural.
Es un gusto invitarlos a participar del Foro Valoarte a realizarse los días 13, 14 y 15 de Noviembre de 1.30 pm a 6 pm. Importantes personalidades del arte y la cultura se darán cita para compartir sus experiencias y conocimientos.
Entrada general 5.000 colones por los tres días. Inscripción abierta en valoarte@valoarte.com
Anoche “llovió” arte sobre Avenida Escazú. La inauguración y premiación de Valoarte 2012 convocó al público que se deja seducir por pinturas, esculturas, fotografías, grabados, instalaciones, objetos intervenidos, collages y videos.
El certamen de arte contemporáneo con fines benéficos reveló anoche los nombres de sus ganadores, cuyas obras fueron seleccionadas entre 62 piezas concursantes.
La decisión del jurado –integrado por Rosina Cazali (Guatemala) , José Pablo Solís (Costa Rica) y Érika Martin (Costa Rica), con el apoyo curatorial de Octavio Zaya (España) – fue unánime y premió a tres creadores ticos.
La artista Stephanie Williams fue la ganadora del primer lugar con su trabajo titulado simplemente Obra,una serie de cinco mosaicos antiguos enmarcados en cajas de madera, los cuales tienen inscritas frases relacionadas con el mito católico de la Creación.
Williams utilizó mosaicos de los que son comunes en los pisos de edificios patrimoniales y su trabajo plantea una reflexión sobre el significado de una obra de arte y el papel del artista.
El segundo lugar fue para la artista nacional Allegra Pacheco por dos fotografías de gran formato (101×152 centímetros) en blanco y negro y reveladas mediante el proceso analógico tradicional.
Según explicó Pacheco, ambas fotografías son imágenes espontáneas motivadas por un sentimiento particular y carecen de planificación anterior. “Estas fotos hablan de la belleza que emana y el asombro que provocan la naturaleza, la juventud y la vida; hablan de un momento detenido en el tiempo en que el sobrecogimiento abre la posibilidad de liberarse”, manifestó la artista. Un conjunto de teclas de computadora ensambladas como si fueran una enorme pintura con un marco barroco de madera fue la obra con la que Óscar Figueroa obtuvo el tercer lugar. La pieza Alegoría #2 plantea una crítica al sistema económico neoliberal y a la globalización, en contraposición con la época dorada que se vivió en el siglo XIX, a raíz del liberalismo.
“Me apropio de íconos que han marcado el imaginario cultural latinoamericano del siglo XIX y del siglo XX y los combino con el contexto actual representado por la economía de servicios”.
El jurado decidió otorgar tres menciones honoríficas. Estas fueron para Eugenia Sánchez (Costa Rica) porLíneas de ocupación en la que combina técnicas como fotografía, tiza y objetos para exponer un mapa del complejo mundo de las ventas callejeras; Denise Aguilar (El Salvador) por su obra Los amigos son como nubes, en la que evoca recuerdos en espacios imaginados, y Pilar Moreno (España-Panamá) por Catálogo para geishas: corsets y Bancas con vistas al mar, dos pinturas sobre la opresión femenina y un paisaje urbano hostil y agresivo.
LA NACIÓN, ANDREA SOLANO B. ansolano@nacion.com
Luciano Goizueta es uno de los 72 artistas invitados.Valoarte para LN